Torre de usos mixtos de 400 m de altura, nacida con la ambición de crear un pionero e innovador diseño lo suficientemente potente como para erigirse como el símbolo de toda una nueva era en Taiwán, mostrando al mundo entero su renovado espíritu.
La forma propuesta pretende solucionar las complejas necesidades del programa a la vez que acoge las virtudes de elementos tan distintos como el concepto “estructura-icono” de la Torre Eiffel, la generación de símbolos del Origami, o la “identidad” de bandera Taiwanesa y su estrella.
Pretende ser el foco principal de la ciudad y su símbolo, por lo que gracias a su forma especial, su percepción será diferente desde cada ángulo, estableciendo múltiples diálogos edificio-ciudad.