La normativa local es muy restrictiva en cuanto al uso de materiales, que deben ser lo más tradicionales posible, siempre con cubiertas inclinadas de teja árabe y fachadas en tonos ocres o tierra.
El equipo de arquitectos de OOIIO decidió basar el esquema principal de esta vivienda de diseño contemporáneo en un esquema de casa tradicional muy antiguo, el impluvium romano, el patio central que regula climáticamente la casa a la vez que sirve de distribuidor de circulaciones. Un espacio principal abierto sobre el que gira la vida familiar, que nuestros clientes querían llenar de plantas por su afición a la jardinería, construyendo así un saludable pulmón verde que regulará de forma pasiva la ventilación cruzada de la casa, refrescándola en los calurosos veranos de la zona.
Un esquema tan antiguo como eficiente, una lección aprendida de la inmensa sabiduría de la arquitectura vernácula. El valor de lo sencillo.
A pesar de que la normativa obliga a cubierta inclinada de teja árabe, nuestros clientes no les gustaba nada esa solución, querían una casa con cubierta plana. Para cumplir tanto con los requisitos urbanísticos como con los gustos del cliente, los arquitectos de OOIIO idearon una solución de fachada de mampostería de piedra, muy enraizada nuevamente en soluciones de la construcción tradicional local, salpicada de unos abocinados de hormigón que subrayan los huecos de ventanas y terrazas, creciendo en altura formando un peto frente a la cubierta inclinada, de forma que desde el jardín o la calle, nunca se ve el tejado.
La planta baja, retranqueada estratégicamente con respecto a la planta primera para crear sombras y porches para disfrutar mejor del jardín exterior, se cierra completamente con un cerramiento de cristal espejado muy reflectante, para rebotar la posible incidencia directa del sol y crear así un efecto reflejo de las plantas del jardín que la rodea, de forma que da la sensación de que la planta primera, más sólida, cerrada con piedra, flota sobre el campo alcarreño.
La planta primera está destinada fundamentalmente a dormitorios, entendidos como pequeños apartamentos, ya que las cuatro hijas de nuestros clientes son ya mayores y viven de forma más independizada.
En cada frente, para separar unas habitaciones de las otras, hay unas terrazas pensadas como solárium, patios en altura, para leer, hacer yoga, pintar, mirar… Cada uno enmarcando una parte determinada del paisaje que rodea la casa, gracias al gran marco de hormigón que la define. Suelos y paredes de estas terrazas se rematan con coloridos azulejos tradicionales, recordando y reforzando la idea de un patio propio de una casa tradicional de diseño, de los de toda la vida, pero actualizado.