Estamos en una zona muy alejada del mar, donde tampoco hay montañas ni bosques o áreas naturales de esparcimiento cercanas. La naturaleza que nos rodea es productiva. La gente en estos pueblos ha vivido en el pasado siempre del campo y el paisaje que los rodea es eminentemente agrícola, una gran planicie infinita cultivada, un lugar de trabajo.

Es por eso que aquí hay una tradición vernácula de disfrutar del esparcimiento en lo que llaman “huertas”: casitas-refugio construidas en el campo para descansar tras la labor. Rodeadas de cultivos, se usan para pasar los ratos de ocio y reunirse con amigos. Son segundas viviendas.

 Casa PAZ es precisamente esto, una casa de recreo construida para celebrar la vida y disfrutar buenos ratos en compañía. Hacer un guiso, comer y pasar la tarde con tu gente querida ¿existe un motivo más hermoso para construir un edificio?

Aprovechando el carácter lúdico de esta vivienda los arquitectos de OOIIO hicieron un fuerte ejercicio de abstracción al diseñarla. Su sencillo programa se resuelve de forma práctica y funcional mediante un rectángulo que encierra a otro. Una casa patio construida con bloques de hormigón blanco, tanto en el perímetro exterior como en la tabiquería interior.