Es en todo este contexto tan incierto en el que Casa Chequia se concibió. Una vivienda unifamiliar situada en una hilera de parcelas de Valdemoro, Madrid. Una parcela rectangular, completamente plana, con unas vistas muy atractivas a un gran parque en su parte trasera gracias a un salto importante en la orografía del lugar.
Una obra sencilla, racional, funcional cuyo planteamiento de inicio es conseguir controlar el presupuesto final todo lo posible. Se evitan los excesos y los materiales no convencionales. Se plantea una edificación altamente eficiente, con un gran nivel de aislamiento y una climatización de muy bajo consumo.
Su planta rectangular agrupa una distribución cómoda para el día a día de la familia que vivirá en ella, sin renunciar en ningún momento a la dignidad y elegancia de su presencia urbana, gracias a la cuidada composición de ventanas rectangulares colocadas en sus tres fachadas.
Unas pérgolas metálicas pensadas para arrojar sombras sobre la vivienda son en realidad unos prismas que juegan tridimensionalmente con el prima sólido blanco de la casa.
Tres prismas ligeros, las tres pérgolas, que juegan con un prisma sólido, la casa.
Chequia, una vivienda que quiere ser sencilla, pero a la que le gusta ponerse guapa.