A pesar de que el objetivo sea la rehabilitación el plano horizontal de la plaza, preferimos concentrar el grueso de la intervención en el plano vertical, ya que la presencia de los grandes muros medianeros de los edificios altos que dan la espalda a la plaza entendemos que es uno de los grandes problemas que hacen que el usuario entienda este punto de la ciudad como “una parte de atrás”, un lugar secundario, poco interesante y nada atractivo.
Dejamos el plano horizontal lo más accesible y cómodo para los peatones posible, limitamos y concentramos el tráfico en un carril definido y protegemos el espacio abierto para los peatones mediante unos bancos corridos,
diseñados y localizados específicamente para poder contemplar el gran mural de cerámica talaverana que cambiará totalmente el aspecto de la plaza para siempre, pasando a ser uno de los espacios más envidiados de la ciudad.
La intervención en el plano vertical contribuirá a la rehabilitación y puesta en valor de la torre de la antigua muralla, que ahora se encuentra perdida entre edificios que compiten con ella en altura, para destacar por fin y convertirse junto con el mural cerámico en un monumento digno de contemplarse.