Es en éste contexto de reciclaje, de cambio, de inicio de una nueva vida donde se encuentra esta pequeña intervención, Casa MIGA.
Casa MIGA es un proyecto de reforma integral de un viejo apartamento en un sencillo bloque de viviendas de Madrid Río.
Casa MIGA pretende demostrar que lo estandarizado, lo deprimido, puede renacer con optimismo, color, luz e imaginación.
Un sencillo apartamento de apenas 60 m2 con una antigua distribución llena de tabiques y particiones que asfixian su espacialidad, puede mediante una buena reforma integral reconvertirse en una vivienda moderna y divertida, adaptada a las nuevas estructuras sociales familiares contemporáneas, perfecta para una pareja trabajadora que quiere vivir en un piso de diseño, sin necesidad de gastarse decenas de miles de euros.
Para éste proyecto, los arquitectos han querido jugar mucho con la expresividad de los materiales, las texturas, los colores… Se combinan acabados finos y sofisticados con superficies en bruto, buscando contrastes que se potencian aún más con la iluminación artificial.
Tras estudiar el funcionamiento estructural del edificio y como multiplicar la entrada de la luz natural al interior, se decide eliminar todo lo anterior para crear un par de “cajas cerradas” que definen la intervención.
Una de las cajas, aplacada con porcelánicos dorados, encierra el baño y separa cocina de salón sin necesidad de puertas. La otra caja, aplacada con divertidos porcelánicos llenos de motivos animales y vegetales, encierra el dormitorio principal. El resto está abierto.
Allí donde es necesario el almacenamiento se colocan armarios de OSB, también en la cocina, entendida como un “armario tecnológico” donde guardar cazos, cubiertos, alimentos… e integrar electrodomésticos, lavadora, etc.
Los arquitectos de OOIIO han trabajado también el diseño de interiores eligiendo el mobiliario, diseñando hasta el detalle la instalación eléctrica vista, supervisando la pintura e iluminación. En definitiva, no dejando nada al azar, cuidando mucho que el resultado final sorprenda y no se salga del muy ajustado presupuesto de partida.
Muchas veces es mejor no despreciar lo viejo, sino darle una nueva oportunidad, jugar con sus virtudes y hacerlo renacer como nunca antes se hubiese imaginado.